Facultad de Artes

La Universidad Finis Terrae se funda el año 1988 y en marzo de 1993 nace la Facultad de Arte y la Escuela de Arte como un proyecto del Rector de ese entonces, el Sr. Pablo Barahona, con el propósito de fomentar el desarrollo de las artes como una manera de contribuir al desarrollo de la sociedad y vincularse efectivamente con ella.

Su primer decano fue el destacado artista plástico chileno, Mario Toral hasta el año 2007, fecha en la que asume el decanato la también destacada artista visual, Teresa Gacitúa, que desempeñó el cargo hasta el año 2013. Los directores de la Escuela de Artes Visuales han sido Eduardo García de la Sierra, Enrique Ordoñez y María Elena Farías. Actualmente, las autoridades son Enrique Zamudio Rosales, Decano y el Director de Carrera, Pablo Mayer Fuentes.

En el año 2012, durante el proceso de autoevaluación que se lleva a cabo, el Plan de Estudios es vastamente analizado con vistas al proceso de acreditación de la carrera de Artes Visuales con la Agencia Qualitas, la que, en virtud de sus competencias, otorga una acreditación por 5 años (2013-2017).

En la actualidad, la Escuela de Artes Visuales cuenta con un prestigio consolidado y una trayectoria de más de 30 años. A través del tiempo, se ha ido reforzando este proyecto, manteniendo como eje una orientación metodológica basada en el trabajo de talleres en las disciplinas tradicionales de la plástica (Dibujo, Pintura, Grabado y Escultura), y a partir del año 2015 -luego de una regulación en el Plan de Estudios- se incorpora una nueva línea de formación, definida como Medios y Tecnología de Imagen, que da cuenta de las necesidades, exigencias y nuevos desafíos que plantean las artes visuales en la actualidad.

En el año 2017, luego de transcurrido los 5 años de la primera acreditación, la carrera se presenta a un nuevo proceso, ahora con la Agencia Acreditadora de Chile, la que afirma en su informe que “el modelo educativo de la Carrera es adecuado y pertinente, como una alternativa para la formación de artistas visuales, y aprecian la identificación de su comunidad académica con el mismo, cuestión que se comprueba en la buena inserción en el medio de sus egresados, y que augura su positiva proyección en el tiempo”. Estas evidencias -entre otras- permiten un reconocimiento de 6 años de acreditación. Desde el 25 de enero de 2018 hasta el 25 de enero de 2024.

La Escuela de Teatro y la carrera de Actuación se crean en el año 1997. Su primer Director es el crítico teatral y Doctor en Filología Eduardo Guerrero del Río. Durante su gestión, se destacan varios hitos, tales como: creación de la revista Teatrae, Magíster en Dramaturgia Corporal, Festival de Teatro Físico, Festival Cuerpo y Escena, Creación Compañía Finis Terrae (integrada por docentes y estudiantes), y proyectos teatrales de extensión vinculados a las Salas de Teatro Finis Terrae y Jorge Díaz. Diez años después, el año 2007, se incorpora a la carrera de Actuación el Nuevo Modelo Formativo de la Universidad. Su objetivo inicial es “brindar la formación básica indispensable para el trabajo actoral, garantizando de este modo profesionales de alto nivel artístico, reflexivo y crítico, con responsabilidad social y cultural en el ejercicio ético y autónomo de su quehacer teatral”.

En el año 2012 asume la Dirección de la Escuela de Teatro, el destacado dramaturgo y psiquiatra Marco Antonio de la Parra Calderón. En este momento, el proyecto académico se adscribe a la Facultad de Humanidades y Comunicaciones. Durante su gestión, se da origen al nuevo Plan de Estudios del año 2013, se perfecciona el Perfil de Egreso y se incorporan nuevas asignaturas considerando la expansión del campo laboral hacia diversos desempeños profesionales. Como parte de esto, se señala que el egresado de la carrera de Actuación es un “actor profesional de alto nivel artístico, creativo, reflexivo y crítico, que reconoce en su oficio una responsabilidad tanto ética como social con su colectivo, su contexto y su historia. A su vez, su capacidad de autogestión le posibilita autonomía profesional en distintos contextos laborales.”

En el año 2016 asume la Dirección de la Escuela de Teatro el actor y director teatral Hernán Lacalle Peñafiel, quien lleva a cabo una serie de cambios metodológicos al interior de la estructura curricular y realiza una gestión de proceso de mejora continua en la administración de la Escuela. Entre estos cambios se destaca la implementación de la Integración por nivel de las tres líneas troncales prácticas (Actuación, Voz y Movimiento), “con el fin de movilizar creativamente recursos técnicos y expresivos de voz y movimiento aplicados a la actuación”; la conformación de un comité curricular con gestión permanente, integrado por los coordinadores de las cuatro líneas troncales (tres prácticas y una teórica); y se impulsa el programa de Laboratorios Teatrales que fomenta la construcción de una comunidad artística colaborativa que promueva el diálogo, la creatividad y la reflexión interdisciplinar e intergeneracional.

En el año 2022 asume la Dirección de la Escuela de Teatro de manera interina la actriz, docente universitaria y actriz de doblaje Carolina Araya Bravo y es ratificada en su cargo en 2023. Durante su gestión ha llevado a cabo el diseño e implementación del proceso de innovación curricular, reflejado en un nuevo Plan de Estudios de la carrera de Actuación y Creación Teatral cuyo enfoque formativo considera una dimensión contemporánea de la creación teatral, que establece sus ejes centrales en la práctica artística como investigación, la transdisciplina y el desarrollo de múltiples funciones artísticas. En este sentido, la Escuela de Teatro se alinea con el Proyecto Universitario y su noción de universidad compleja mediante la articulación de las Funciones Universitarias y Académicas que permiten la generación de conocimiento a partir de la Formación, la Investigación y Creación Artística, y la Vinculación con el Medio. Finalmente esta visión está focalizada en la definici​​ón disciplinar de ​una ​única Área Prioritaria de Desarrollo Académico (APDA) en la Escuela de Teatro y carrera de Actuación y Creación Teatral denominada Prácticas Artísticas como eje estratégico, para contribuir al desarrollo creativo de las artes y las culturas.

La Facultad de Artes, desde su creación estuvo conformada por la carrera de Artes Visuales. En el año 2019, la Escuela de Teatro y su Carrera de Actuación se incorporan al proyecto artístico-académico de la Facultad de Artes lo que le otorga una nueva estructura más acorde con las necesidades interdisciplinares propias de las prácticas artísticas contemporáneas. Con el vínculo de las Escuelas de Teatro y Artes Visuales, se consolida el propósito de la Universidad Finis Terrae de fortalecer su área artística, que luego de un proceso participativo ha establecido, por medio de un proyecto, las bases fundacionales que debieran orientar la enseñanza, cultivo y desarrollo de las artes en la Universidad.
La reestructuración de la Facultad de Artes se integra al desafío que tiene la Universidad como institución de educación superior permeable al dinamismo creativo. Esta consiste en concretizar la reflexión, mediante la aplicación creativa, flexible, colaborativa y responsable, del cambio de paradigma denominado universidad compleja.

La Universidad Finis Terrae reconoce en su identidad ser una Universidad compleja, cuestión que responde al marco de la Reforma de la Educación Superior en Chile, que considera a la Creación Artística como una de las formas que permite contribuir al desarrollo de las artes y las culturas.
Las prácticas artísticas son entendidas por la Facultad de Artes, en consonancia con las visiones actuales, como actividades humanas que generan conocimiento. Con la exigencia de las transformaciones de la generación de este conocimiento, desde las últimas décadas del siglo XX, las disciplinas artísticas avanzan hacia su vinculación con otra u otras áreas del saber. Este fenómeno es explicado y contextualizado por el investigador, teórico y académico español José Antonio Sánchez (2015):

• La movilización global es simultánea al énfasis en la interdisciplina. Si lo que tenemos, en términos de Latour (2004), es un ‘multiverso’, parece coherente pensar que el único modo de ampliar o articular el saber [conocer] sobre el ‘multiverso’ es con una ‘multidisciplina’.
• Qué prefijo elegir: inter, multi, trans. Siguiendo a Sennett (2012), quizá podríamos proponer un nuevo principio, el de co-disciplinas. Agentes disciplinares que trabajan juntos, sin mezclarse. Cooperan sin mezclarse. En este caso, en el ámbito artístico, lo que funciona es la estrategia del contagio. Las colaboraciones no se pueden forzar, pero sí se pueden multiplicar las opciones de contagio. Para el ámbito disciplinar funciona lo mismo que para el ámbito social: no se trata de integrar para cancelar las diferencias entre unos y otros. Se trata de mostrar las diferencias para hacer posible la cooperación, donde surgirá el contagio, pero no la anulación de la diferencia (p.45)

Por ende, la noción de complejidad aplicada en general a la Universidad y en particular a la Facultad de Artes, requiere de la reflexión, diálogo y colaboración entre las funciones universitarias: formación de pregrado, postgrado y formación continua; investigación formativa, científica y creación artística; y vinculación formativa, académica y de desarrollo colaborativo. Es así como la Facultad de Artes colabora con este desafío, para desarrollar en conjunto la Universidad Compleja.